Siempre me pasa lo mismo, cuando bajo de un tren, tras un largo viaje siempre tengo la sensación de que alguien me recogerá. Que habrá alguien esperándome con los brazos abiertos. Es bonita la sensación de pensar mientras viajas que alguien te esperará al llegar a tu destino.
Ayer acabe mis clases teóricas del master ahora me espera una semana de tardes libres encerradas en casa con mi portátil haciendo mi trabajo de final de master. O quizás en una cafetería tomando un café mientras escribo y elaboro ese trabajo, el cual llevo retrasado. Pronto me tocará buscar un nuevo lugar donde vivir y soñar. A veces me pregunto que estoy haciendo con mi vida, la respuesta es simple: vivirla, a mi manera, pero vivirla. Me gusta oír un buen concierto sentada en un bar con la luz de una vela únicamente, esa vela roja que anoche me iluminaba.